“No es posible ayudar a un niño, si no ayudamos paralelamente a su familia” (Guralnick, 2012)
La etapa de 0 a 6 años es una etapa fundamental en el desarrollo de un niño. Lo que sucede en la infancia temprana puede importar a lo largo de la vida, debemos reconocer los problemas y abordarlos antes de que empeoren. Cuando un niño nace, a veces, no todo sucede como esperábamos y pueden aparecer, retrasos, dificultades en el desarrollo y/o trastornos de una manera temporal o transitoria.
La vivencia de los padres cuando les dan un diagnóstico implica procesos de duelo, estrés, de sufrimiento al afrontar una situación compleja. Los padres necesitan apoyo para entender y atender las necesidades y/o las dificultades especificas en el desarrollo de un hijo.
El trabajo con niños pequeños en Atención Temprana nos ha enseñado que el mejor apoyo no se dirige exclusivamente al niño. Ofrecemos a los padres y a sus hijos un tratamiento enfocado a facilitar una buena interacción y a fortalecer las habilidades básicas emocionales, cognitivas y de comunicación para la solución de problemas así como para la autonomía personal y social.
El juego es una forma eficaz de conseguir mejorar el desarrollo global del niño (aprendizaje y socialización) y reducir las fuentes de estrés. Nunca es demasiado tarde, pero antes es mejor. Cuanto mejores sean los comienzos de un niño, es más probable que tenga un desarrollo futuro mejor.