Psicoterapia del niño

El desarrollo socio afectivo y crecimiento de un niño es un proceso de constitución continuo y constante desde el nacimiento hasta pasada la adolescencia. Los primeros años son muy importantes para estructurar los cimientos de su desarrollo psíquico, de su personalidad. Los padres tienen una responsabilidad enorme al criarles y educarles porque son totalmente dependientes de ellos emocionalmente hasta que se hagan más autónomos.

Hay momentos en la vida de un niño que le puede suponer un sobreesfuerzo psíquico y la ayuda de los padres no es suficiente. La llegada de un hermano, una enfermedad o fallecimiento de un ser querido, cambio de casa o de colegio, etc son distintas vicisitudes que le pueden provocar síntomas como tristeza, miedos, ira, alteraciones del sueño, alimentación o comportamiento, y alteraciones físicas (digestivas, jaquecas, etc) porque no puede digerir lo que está viviendo o ha vivido.
Para poder comprender lo que le pasa a su hijo, a veces hay que recurrir a un especialista que les ayuda a entender a los padres qué le produce ese malestar y puede ayudar al niño a tramitar y elaborar el sufrimiento y así, poder continuar con su proceso de crecimiento y maduración psíquica.

El profesional, valorará el estado emocional del niño y determinará si se necesita una intervención psicoterapéutica específica y adaptada a sus necesidades. Nuestras herramientas de trabajo son el juego, el dibujo y la palabra.

Entendemos que hablando de niños, la atención familiar es imprescindible. El abordaje con los padres a lo largo de todo el proceso terapéutico es una actividad prioritaria.

Rescatar, recuperar y fortalecer la función de los padres es prioritario en nuestro equipo. La relación afectiva padre-hijos es fundamental para una mejoría en el proceso terapéutico